jueves, 30 de marzo de 2017

Trabajo Individual. Módulo 1.


Soy la profesora Tania Lizette Hernández Salazar; nací en Mexicali B.C. en una familia donde todos se dedican a la docencia, influenciada por el ambiente familiar y escolar (mi mamá también me dio clases puesto que yo estudiaba en la escuela donde ella trabajaba) desde pequeña tenía claro el objetivo de estudiar en la escuela normal en el área de primaria.
Varios años después entre a la normal (B.E.N.U.F.F.) con muchas ganas de empezar a dar clases en las escuelas, pero también con mucha incertidumbre, ya que no sabia muy bien a que me iba a enfrentar dentro del aula. Durante los primeros meses de ingresar a la carrera, la maestra de la material de contexto social nos llevo a observar varios centros de educación que se desenvolvían en distintos áreas de Mexicali para acercarse al trabajo real del maestro de educación primaria.

En el segundo semestre comenzamos las practicas en binas, a mi compañera y a mi nos asignaron la escuela anexa a la normal, que recién empezaba ser ¨escuela piloto¨, con 3 grupos por grado y donde la mayor parte de la población estudiantil eran hijos de maestros, ademas se notaba la abundancia económica con la que se contaba para ser una escuela pública. Al solicitar contenidos nos dieron los de la entonces ¨nueva reforma educativa¨, pero en el acervo de la biblioteca de la normal no había material actualizado y nuestra indicación fue planear los nuevos contenidos con el formato antiguo (prácticamente solo cambiaban algunos nombres por otros). Semanas mas tarde ya nos estábamos presentando de nuevo en la primaria para empezar nuestra primer practica docente en un grupo de 2do. grado compartiendo el horario y contenidos con una compañera que se encontraba igual de nerviosa que yo


Cuando comencé con mi parte de las clases creí que todo iba muy bien, los niños estaban participando y trabajando, la mayoría parecía interesado en las actividades hasta que se les pidió que formaran equipos de tres para el siguiente ejercicio; se suponía que los niños ya sabían trabajar en equipo porque la reforma hacía énfasis en esa tipo de organización. Para mi sorpresa los niños no sabían que hacer, por lo que se les indicó como mover mesabancos, se perdió tiempo que fue necesario para la clase, me sentía muy estresada pues mi compañera de práctica solo observaba, la tutora no parecía interesada en la clase y yo termine sintiéndome muy presionada. Cuando terminó mi turno y pude sentarme a pensar en como me había ido, de repente surgieron ideas para adecuar la clase, pero ya era muy tarde; sin embargo esas ideas me motivaron a continuar con la jornada de práctica esperando actuar mejor para la próxima. En los siguientes semestres uno continuaba leyendo sobre como debía ser el maestro y el alumno pero seguíamos enfrentándonos a situaciones muy diversas en las escuelas en las que practicábamos, tomando lo bueno y lo malo de cada experiencia para mejorar.


Después de la graduación me encuentro como maestra titular (interina) de un grupo de primer grado en una escuela de nivel medio a medio alto, en una zona bastante cercana a un boulevard y con solo dos accesos al fraccionamiento, haciéndola parecer semi privada. Comienzo con gran entusiasmo pero me también me sentía tan nerviosa como aquella primera practica en la normal. Los padres de familia me recibieron con entusiasmo pues ya habían iniciado las clases hacía dos semanas y el grupo aun no tenía maestro. Me preparé para recibirlos un poco más confiada y tratando de mostrar seriedad, para que sintieran confianza de que sabría desempeñar la labor adecuadamente. Al inicio sentía que los padres de familia me miraban  muy joven e inexperta (haciendo comentarios frente a sus hijos) lo que llegaba a generar indisciplina en la clase, o interrumpían por varios minutos la clase en la mañana cuando iban a decirme que otro padre de familia estaba provocando peleas entre los niños, situación en que se tuvo que involucrar el director y de cierto modo calmar los pleitos entre los adultos. En cuanto a la relación con los compañeros de trabajo siento no fue la mejor porque esperaban que siendo tan joven me uniera a sus bromas y cuando no lo hice se apartaron, lo cual de cierta forma agradecí porque era muy incómodo. Yo me encontraba cubriendo por propuesta sindical, lo que daba a entender que debía apoyar al secretario delegacional y mostrar agradecimiento por la oportunidad del empleo a lo cual, ya estaban acostumbrados todos porque la mayoría eran maestros con varios años de servicio. En cuanto a la supervisión de la zona, puedo decir que eran muy exigentes, pasaban una lista de requisitos que revisarían personal y minuciosamente por lo tanto llevaban un seguimiento muy cercano con sus maestros. En febrero esperaban resultados de nivel de conceptualización de la escritura en los grupos del primer grado, (aunque ya no era esencial según el programa de estudios 2011), y decidieron que tenía muchos niños en nivel silábico (lo que yo consideraba bien, ya que estaba trabajando los contenidos de los proyectos) pero ellos querían que ahora me enfocara en alfabetizar a todos, por lo tanto decidieron asesorarme personalmente para elaboración de material didáctico que cada niño debía utilizar diario. Me sentí muy presionada por parte de ellos pero siento que desempeñe un buen trabajo, al menos así me lo hicieron saber tanto en la escuela como algunos padres con los que más contacto y apoyo hubo. Quede muy sorprendida con los resultados finales y me fui llena de experiencias y muchos aprendizajes.

A partir de ese entonces (2013) continué trabajando desde el inicio del ciclo escolar en una zona cercana pero en un contexto muy diferente, con nivel socio económico de medio a medio-bajo y a las orillas de la ciudad, antes de llegar al valle. Inicié con el grupo de 5to. grado que precisamente tenia a 3 hijos de 4 maestros, compañeros de la escuela. En general, puedo decir que me sentía muy presionada en el ámbito laboral, porque los papás estaban a costumbrados a que sus niños fueran los consentidos aunque se portaran mal (después me entere que nadie quería tener a ese grupo precisamente por ellos); y así fue durante el primer ciclo escolar pero como la directora estaba bastante satisfecha con mi trabajo, a pesar de los comentarios resentidos y acciones de algunos de ellos, les demostré que estaba haciendo bien mi trabajo a tal grado que me vi recompensada de regresar al siguiente ciclo, ahora con el grupo de 4to., por lo que finalmente me dejaron tranquila, de hecho parecía como si no hubiera pasado nada y continuaron con normalidad. Cuando inicié con el grupo de 4to. (2014) me encontré con mucho descuido de los padres de familia, por lo que se les tuvo que citar constantemente para hablar con ellos acerca de la conducta de sus hijos durante el día, y eso empezó a ser molesto para algunos. Hubo un caso especial, con la abuela de uno de los niños que me desafiaba constantemente porque según ella yo no quería a su nieto porque lo regañaba a su parecer mucho (al parecer pedirle que se pusiera a trabajar o que dejara de molestar/golpear a sus compañeros era regañarlo mucho para ella). Pase innumerables dolores de cabeza al lidiar con ella, varias reuniones en dirección porque la señora no quería entender razones, la mamá solo fue un día a hablar conmigo y una maestra de USAER me comento que una mañana le tocó observar que el papá de este niño lo estaba insultando y empujando porque éste no había hecho la tarea; el ciclo más largo a mi parecer. Nuevamente se requirió que la directora participara en esta situación, lo que le puso fin a las groserías de la señora pero el niño siguió igual. Al final me despedí muy bien de todos mis compañeros que en ocasiones me he vuelto a topar en cursos, pues sabía que era muy difícil que dieran un año más de trabajo en esa escuela peleada por los maestros de la zona.

En el ciclo escolar 2015 continué trabajando en la misma zona escolar, en el mismo grado (4to.) pero en otra escuela con otro ritmo y con menor población estudiantil, en un zona residencial de nivel medio a bajo, cercana a un dren y a una clínica del IMSS. Este fue el ciclo escolar que más agusto me sentí, parecía que todo volvía a la calma. La relación con mis compañeros de trabajo fue bastante buena, había buena comunicación y se sentía un ambiente más profesional, aunque también había bromas, al menos no eran dirigidos a mi, casi siempre había un buen ambiente de trabajo, pero no les gustaba que el director en ocasiones me utilizara como ejemplo en las reuniones por haber cumplido con alguna tarea que se pidió que todos hicieran o situaciones parecidas como en los CTE´s, lo cual a mi me parecía innecesario. El director del plantel era muy exigente con todos, pero también se notaba que era muy amigo de algunos por ciertos favores administrativos que se hacían muy notorios y que creaban disconformidad entre el resto. En cuanto a los padres de familia había de todo, desde los que nunca fueron a la escuela, los que iban todo el tiempo y por cualquier cosa y los que iban porque los niños no estaban cumpliendo como debían y se les había citado.

Hubo un caso en especifico que me sorprendió: la hermana de una de mis alumnas se había quitado la vida en el parque que esta frente a la escuela cuando mi alumna apenas estaba en primer grado. Fue en una mañana de clases cuando el cuidador del parque la encontró y reportó, por lo que los niños de la escuela, padres y maestros fueron testigos de este incidente. Yo no sabía ni que decir cuando la mamá de esta alumna se presentó a platicarme esta cuestión sólo unas semanas después de empezar a trabajar con el grupo; ella es parte de la policía municipal y por lo general trabajaba de noche, no era muy común que ella acompañara a la niña pero eso cambio. Mi alumna tenia una forma de ser un poco difícil por lo que su mamá la llevaba con una psicóloga ocasionalmente y que era por parte de su iglesia. La niña esperaba que las cosas se hicieran como ella decía, generalmente discutía o empezaba a tener problemas con alguien y la mamá iba inmediatamente a hablar conmigo lo sucedido. En abril sucedió lo que me temía; llega la mamá de la alumna a decirme que una niña le había dicho la verdad acerca de su hermana, la niña no lo sabía y fue un shock para ella, fue una situación bastante complicada. De repente me vi entrevistando a los niños testigos, a la supuesta culpable, a la victima, al director y a los padres. La niña ya no quería ir a la escuela, ni a la fiesta del día del niño, ni que su mamá fuera al festival de día de las madres. Semanas después la situación se calmo y todo volvió a la normalidad y hasta donde sé, la niña se encuentra muy bien a pesar de lo que sucedió.

En agosto del 2016 el servicio profesional docente me volvió a asignar pero esta vez de forma definitiva en la escuela Javier Rojo Gómez ubicada en la ciudad de Tijuana; cuenta con un nivel socio económico de medio a bajo. La escuela esta ubicada en el ejido del mismo nombre, rodeada de terracería  en la cima de un cerro alto y empinado, motivo por el cual el acceso a la escuela se complica con la mas ligera lluvia llegando a ocasionar deslaves y choques por perdida de control de los vehículos. No he tenido la oportunidad de platicar mucho con todos los maestros de la escuela, aunque trato de aprovechar cuando se dan los momentos para hacerlo. Cuando recién llegue note un ambiente muy tenso y al parecer hasta las maestras se enteraron que los profes nos habían otorgado un sobrenombre, al menos eso nos contó la directora que le dijeron los padres de familia. No inspiraban mucha confianza después de eso pero trate de no desanimarme y continué trabajando como siempre, solo con algunas reservas en cuanto a quien solicitar ayuda cuando me fue necesario hacerlo. Se notaba que tenían varios problemas que apenas ahora se están dejando de lado, y se demostró con este ultimo evento de primavera donde se notó la unión y el compañerismo. Respecto a los padres de familia puedo decir que son personas muy serias y respetuosas, hasta el momento no he tenido ningún problema con  ellos, los invito al aula para platicar conmigo y los saludo muy cordialmente.

Lo curioso es que yo no conozco Tijuana y no sabía en donde se encontraba la escuela y cuando fui a conocerla me asuste, todavía no llegaba y ya me había perdido como 3 veces; la escuela estaba muy lejos, el lugar no era muy seguro como para quedarme a vivir cerca y porque creí que tendría que quedarme toda la semana y separarme de mi esposo y mi hija de 3 años. No tenia un plan  de donde quedarme porque hubo muchos problemas con la asignación de lugares por los corrimientos, y mucha inseguridad acerca del lugar donde trabajarías al final, pues los estaban moviendo a otras escuelas y tuve que ir a media semana por la carta de asignación y a entregar documentación. Conocí primero al director de la tarde que me oriento acerca de si había llegado al lugar correcto y el me ayudo a conseguir un lugar donde quedarme por dos días mientras encontraba una solución. Me quede con una maestra que trabaja ambos turnos en la escuela que me asignaron, tenía que acompañarla durante la tarde y salíamos a su casa hasta las 5. A partir de la siguiente semana y hasta entonces he viajado diario en una camioneta con otras 12 maestras de preescolar, primaria, secundaria y educación especial; salimos desde las 5:20am y regresamos al SNTE a las 3:00pm. lo que complica que no conozca muy bien la zona en la que trabajo todavía.